BARCELONA -- La Champions League conocerá a su campeón el 10 de junio en Estambul.
Entre la primera del Manchester City o la cuarta del Inter de Milán, los pronósticos, a tres semanas de distancia, no pueden ser más favorables al equipo inglés, que destrozó al Real Madrid con una exhibición de futbol y tiene la consideración de favorito de una mayoría, casi aplastante, entre los aficionados.
Los de Guardiola, que tienen la posibilidad el domingo de proclamarse campeones de la Premier League por tercera temporada consecutiva en su estadio en el partido frente al Chelsea, o incluso comenzar el duelo ya como tales si el Arsenal el sábado no gana en el City Ground al Nottingham Forest (que se juega la permanencia), viven su momento más feliz.
Suman 21 partidos consecutivos sin conocer la derrota (17 victorias y 3 empates) y afrontan esta recta final de curso con la aspiración de conquistar el primer triplete de su historia, puesto que el 3 de junio, una semana antes de la cita ante el Inter, disputarán en Wembley la final de la FA Cup contra el Manchester United.
Todo le viene de cara a un equipo que solo tiene la baja por lesión de Nathan Aké y que a medida que ha ido avanzando la temporada han impuesto tanto una superioridad evidente sobre sus competidores como una brillantez excelsa en su juego, adaptándose a la perfección Erling Haaland, que va camino de romper casi todos los récords goleadores y convirtiendo su juego de combinación en una maquinaria monumental.
LA INCÓGNITA ITALIANA
Ante tal escenario, ¿qué opciones puede tener el Inter? El equipo de Simone Inzaghi acudirá a la cita como víctima propiciatoria... Pero con el convencimiento y seguridad de plantar cara. El staff italiano, seguro, habrá estudiado a fondo todas y cada una de las variaciones tácticas del City y entendiendo que será dominado deberá buscar anular en la medida de lo posible el futbol preciosista y preciso del rival.
El principal problema del Inter, hoy por hoy, es que no tiene aún asegurada su clasificación entre los cuatro primeros de la Serie A y, por tanto, antes de la final de Estambul debe seguir peleando cada partido liguero, empezando por el del domingo en Nápoles ante el campeón. Atalanta en casa y Torino a domicilio serán las dos últimas pruebas, suspirando en el Giuseppe Meazza por llegar a la última fecha con su clasificación para la próxima Champions sentenciada.
Si la final se jugara hoy, Milan Skriniar, dañado en una vértebra lumbar desde abril, no podría jugar y aunque el central eslovaco abandonará el club al acabar la temporada, su concurso en un partido de tal envergadura, enfrentado un rival de la talla de Haaland, sería la mejor noticia para Inzaghi, que tampoco contaría hoy con Henrikh Mkhitaryan, lesionado en un muslo y que se espera de vuelta en diez días.
El carácter competitivo del Inter se aventura como su mejor arma para enfrentar al poderoso Manchester City. Eso y tanto su capacidad de supervivencia como de sorprender. En esas claves, y el convencimiento global del grupo, centrará sus esperanzas el conjunto italiano que hoy, como ocurrirá el 10 de junio, saldría con la etiqueta de víctima a la final.