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Un golpe muy duro a la moral

BUDAPEST (EFE) -- El fútbol húngaro se ha despertado este lunes conmocionado por el fallecimiento de Miklos Feher, jugador del Benfica, tras caer fulminado sobre la hierba del estadio Afonso Henriques de Guimaraes en los últimos minutos del partido contra el Vitoria.

Feher era considerado en la actualidad una de las principales realidades de un fútbol grande en el pasado que lucha por recuperar el protagonismo perdido.

La muerte del futbolista del Benfica es la segunda de similares características que se produce en el balompié de Hungría en el espacio de dos años, ya que un hermano menor del internacional Pal Dardai falleció en circunstancias parecidas.

La noticia sorprendió a algunos dirigentes del fútbol húngaro en La Valeta (Malta), donde tienen lugares las reuniones para elaborar el calendario del grupo 8 de clasificación para el Mundial de Alemania 2006.

"Estamos muy afectados, es algo increíble", aseveró desde la capital maltesa Sandor Berzi, el secretario general de la Federación Húngara, quien calificó la muerte de Feher de "una tragedia para el fútbol, especialmente para el húngaro, porque es desolador ver a un joven caer al campo durante un partido de esa manera".

La Federación de Hungría está a la espera de conocer exactamente la causa del colapso sufrido por el futbolista del Benfica, pero de momento ya se ha puesto a completa disposición de la familia de Feher, e incluso se prevé celebrar un funeral al máximo nivel.

Berzi estaba en La Valeta junto a Imre Bozoky, presidente de la Federación, y el técnico germano Lothar Matthaeus, nuevo seleccionador, quien según el secretario general está también muy afectado.

Al margen del aspecto humano, Feher era un elemento clave para Matthaeus en sus planes para la fase previa del Mundial.